Esta es una fecha especial para recordar la importancia de la Convivencia Escolar en el bienestar y el desarrollo integral de la comunidad estudiantil.
El viernes 26 de abril, por orden del Ministerio de Educación, se celebra el Día de la Convivencia Escolar, una fecha destinada a promover los procesos de enseñanza, aprendizaje y gestión de la convivencia escolar, fortaleciendo el desarrollo personal y social de la comunidad educativa.
Preparándonos para esta significativa celebración en los establecimientos educacionales, hablamos con Juan Palacios, encargado de Convivencia Escolar en el Colegio Tomás Moro de San Miguel, para comprender la importancia y el enfoque del trabajo en la promoción de la convivencia positiva.
Desde 2018, Juan Palacios lidera un equipo compuesto por otros seis profesionales de la educación, con el propósito de no sólo abordar diversas situaciones que puedan surgir, sino también de prevenir conflictos o problemas relacionados con la convivencia escolar.
“Comenzamos con tres personas, pero hoy contamos con dos psicólogas, un trabajador social, un orientador y dos mediadoras. El aumento del plantel nos ha permitido trabajar en la prevención, ya sea mediante la realización de talleres, seguimientos en las aulas, colaboración con los apoderados y directivas de los cursos, entre otras actividades. Estas labores son igualmente importantes que atender casos específicos que puedan surgir”, explica Juan.
El aumento del personal se volvió especialmente relevante tras la pandemia, pues según Juan Palacios, los casos de atención por salud mental aumentaron significativamente con el retorno a la presencialidad, lo que representó un desafío para abordar todas las situaciones y brindar el apoyo necesario a las y los estudiantes.
No obstante, el encargado identifica tres pilares fundamentales para trabajar en una buena convivencia: enseñar a los estudiantes cómo resolver conflictos, manejar emociones y ayudar a otros a sentirse bien; intervenir cuando surjan situaciones conflictivas, aplicando los protocolos establecidos y brindando apoyo a todas las partes involucradas; y comprometer a toda la comunidad educativa, reconociendo la responsabilidad compartida en el comportamiento de los estudiantes dentro y fuera del establecimiento.
Además, para evaluar la eficacia de las estrategias y materiales utilizados en favor de una convivencia positiva, este año se ha implementado un cuestionario sobre la percepción de las y los estudiantes al interior del establecimiento. Este cuestionario se aplica en tres momentos: al inicio, a mediados y al final del año, para realizar un seguimiento de los resultados.
Tal como explica Juan Palacios, en el equipo de convivencia escolar son conscientes de que cumple una labor sumamente importante al abordar las problemáticas de los estudiantes y apoderados, buscando soluciones a los conflictos dentro y fuera de las aulas.
Todas las medidas han propiciado un ambiente seguro y de sana convivencia en el establecimiento. Un ejemplo claro de esto se observa en los recreos, donde diariamente comparten estudiantes desde 1º básico hasta IVº medio, respetando los espacios compartidos. Además, durante el año se realizan actividades compartidas entre distintos niveles, creando instancias que fomentan el respeto y cuidado hacia los estudiantes más pequeños y pequeñas.
En resumen, el Colegio Tomás Moro, al igual que el resto de establecimientos de la Corporación San Isidoro, reafirman su compromiso con la promoción de una convivencia escolar basada en el respeto, la empatía e inclusión, valores esenciales para establecer buenas relaciones entre toda la comunidad. Trabajar en la convivencia escolar sienta las bases para la formación de ciudadanos íntegros y comprometidos con el bien común.